La vivienda se concibe como una casa compacta, de dos plantas, construida con paneles portantes de madera ligera prefabricados en taller, que optimiza la eficiencia energética y reduce el impacto ambiental. El proyecto combina estrategias pasivas de orientación, control solar y ventilación cruzada con el uso de una cubierta activa dotada de paneles fotovoltaicos, alcanzando niveles cercanos a edificios de consumo casi nulo.
La organización espacial articula los ámbitos comunes en planta baja en torno a una doble altura iluminada cenitalmente, mientras que la planta superior alberga los dormitorios y un estudio, concebido para el teletrabajo, que se abre al vacío central mediante una mesa longitudinal que enfatiza la continuidad visual y espacial.
El proyecto desarrolla una vivienda unifamiliar de dos plantas en Begues que se plantea como un ejercicio de síntesis entre construcción sostenible, eficiencia energética y confort doméstico. La volumetría se resuelve de manera compacta para optimizar la relación entre superficie de envolvente y espacio climatizado, minimizando las pérdidas térmicas y reduciendo la demanda energética hasta situarla en parámetros próximos a los edificios de consumo casi nulo.
La construcción se ejecuta íntegramente en seco mediante paneles portantes ligeros de madera, prefabricados en taller y ensamblados en obra. Este sistema permite acortar plazos, garantizar la precisión constructiva y reducir los residuos derivados de la obra. La estructura horizontal se resuelve con vigas de madera laminada vistas, que además de su papel resistente aportan identidad tectónica y un carácter cálido al espacio doméstico. Los cerramientos se completan con capas de aislamiento de altas prestaciones que superan los requerimientos normativos, garantizando confort térmico y acústico. La cubierta plana se concibe como una superficie activa equipada con paneles fotovoltaicos, capaces de generar la mayor parte de la energía que la vivienda consume.
La implantación responde a criterios bioclimáticos. La orientación sur, junto con la disposición de voladizos y protecciones solares, asegura ganancias solares en invierno y control de la radiación en verano. La ventilación cruzada se consigue mediante la apertura de huecos en fachadas opuestas, mientras que la masa de los forjados y la cubierta contribuye a la estabilidad higrotérmica interior. Estas estrategias pasivas reducen la dependencia de sistemas activos de climatización, optimizando el rendimiento energético de la vivienda.
La organización de los espacios interiores responde a un esquema claro que combina compacidad y fluidez. En planta baja se ubican las estancias comunes vinculadas directamente con el jardín, favoreciendo una relación franca entre interior y exterior. Una doble altura sobre el estar introduce luz cenital y se convierte en el centro gravitatorio de la vivienda, conectando visual y espacialmente los dos niveles. En la planta superior se encuentran los dormitorios y un espacio de estudio concebido como pieza clave del proyecto. Dedicado a un usuario docente que prioriza el teletrabajo, el estudio se abre hacia la doble altura, reforzando la interacción con el ámbito común de la casa. Una mesa longitudinal integrada enfatiza la linealidad del espacio de trabajo y, a la vez, actúa como elemento de protección continua frente al vacío, garantizando la seguridad sin interrumpir la transparencia ni el diálogo visual entre niveles.
Más allá de la eficiencia energética y la racionalidad constructiva, la vivienda ofrece una experiencia espacial serena y luminosa. La textura cálida de la madera dialoga con la sobriedad blanca de los paramentos, los grandes ventanales amplían la relación con el entorno inmediato y la proporción contenida del volumen asegura su integración equilibrada en el tejido urbano.