El CUAP Baix Vallés se proyecta a partir de un sistema modular industrializado que permitió acortar los plazos de ejecución a tan solo 18 semanas. La obra se compone de 21 módulos tridimensionales, con una superficie total de 900 m² en planta baja, salvo una pequeña elevación destinada a instalaciones técnicas. La construcción se apoya en la metodología Lean Construction para optimizar tiempos, recursos y procesos.
El edificio se organiza en dos volúmenes diferenciados: el principal, orientado al sur de la parcela, acoge las áreas de atención asistencial y tratamiento; el segundo, al norte, alberga el Servicio de Emergencias Médicas. Ambos cuerpos están conectados por un porche cubierto, que facilita el acceso, la descarga de ambulancias y la relación funcional entre unidades.
El esquema interno responde a una lógica clara: una espina central de circulación que articula los espacios a ambos lados, ordenados por grados de privacidad. La luz natural y la ventilación cruzada están garantizadas mediante aperturas de fachada y lucernarios, generando un entorno luminoso y confortable.
Ante la urgencia de disponer del equipamiento en un plazo reducido, se optó por un sistema constructivo modular con 21 unidades tridimensionales prefabricadas. Gracias a la aplicación de la metodología Lean Construction, la ejecución en obra se limitó a solo 18 semanas, reduciendo interferencias y asegurando calidad y precisión en el montaje.
El edificio se configura a partir de dos volúmenes independientes: el principal, ubicado al sur de la parcela, acoge las áreas de Atención Asistencial y Tratamientos; el secundario, al norte, alberga el Servicio de Emergencias Médicas. Un porche cubierto los conecta, funcionando como punto de acceso, circulación de ambulancias y nexo logístico entre ambos bloques.
El esquema interior se organiza a lo largo de una espina central de circulación. A ambos lados se desarrollan los distintos espacios, ordenados según su nivel de privacidad: desde áreas públicas hasta zonas restringidas al personal sanitario. Esta claridad funcional mejora la orientación, la eficiencia interna y la experiencia del usuario.
La iluminación y ventilación natural se garantizan mediante aberturas en fachada y tres lucernarios sobre el eje central. Estas entradas de luz aportan calidad ambiental a salas de espera, consultas y espacios comunes. La propuesta busca no solo resolver necesidades técnicas, sino también ofrecer un entorno apacible y hospitalario.
El conjunto se reviste con paneles sándwich metálicos microondulados, seleccionados por su comportamiento térmico, facilidad de montaje y expresión arquitectónica sobria. Las juntas entre módulos se resuelven en obra para lograr una lectura continua. Elementos como protecciones solares perforadas y luminarias integradas refuerzan la identidad del edificio, generando una imagen limpia y adaptable a la luz del entorno.